Cuando con los pibes fuimos a pasar unos días a las termas de Colón, no me imaginé que la iba a pasar tan bien con esta puta entrerriana.

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Esta flor de puta entrerriana es una atorranta que labura en el complejo termal de Colón, haciendo masajes. Pedí un turno para que la conchuda me atendiera, y al toque de empezar a manosearme, me di cuenta de que la mina estaba más caliente que una pipa. Aproveché que la flaca estaba de salida del trabajo y me la terminé llevando derechito hasta el departamento que alquilamos con los pibes, a unas pocas cuadras. Cuando llegamos, al toque la metí en mi pieza y ahí nomás empezamos a garchar de una. Tan buena estaba la zorra que no paré de enterrarle la pija por esa concha apretada hasta sentir cómo se le iba contrayendo la argolla del tremendo orgasmo que tuvo la muy puta.