Le empomé el orto a mi princesa antes de dejarla ir al boliche

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La putita de mi hija es una pendeja adolescente que últimamente desarrolló un lomo terrible difícil de no mirar en detalle. Ese culito apretado y goloso que tiene es producto de las horas que se la pasa jugando al hockey en el club y la verdad es que bastante esfuerzo hice por un largo tiempo para no tocarlo. Venía bien hasta que hoy, cuando pasé por la puerta de su habitación, la vi en tanga, lista para empezar a vestirse porque iba a salir con las amigas. Ahí mismo se fue todo al carajo, entré a la habitación y trabé la puerta detrás de mí. Estaba dispuesto a empomarme de una buena vez por todas a esta zorrita que tanto me calienta y a mostrarle lo mucho que le gusta a su papá.