Le rompí tan fuerte la concha a esta puta, que la muy atorranta terminó con la argolla toda llena con mi leche.

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Esta puta es una atorranta que para en la zona de los bosques de Palermo. La muy conchuda se la da de fina y pretende que le garpe lo que no vale porque tengo un buen auto. Parece que anda en épocas de vacas flacas porque esta vez por unos pocos pesos agarró viaje y se subió a mi auto, lista para ir a un telo. En cambio, estacioné en un lugar oscurito y ahí nomás le enterré la chota por la concha peluda que tiene la culona. Tantos pijazos le di en seco, y tanto le gustó a la zorra, que pude sentir cómo la argolla se le iba chorreando de lo mojada que había empezado a estar. No dejé de cogérmela hasta llenarle la cajeta con mi leche y sacarme bien la calentura que tenía encima.