Qué ganas terribles de cogerme a esta pendeja calienta pijas que tengo en este momento.

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Entré a chatear un rato a Omegle para matar el tiempo y por suerte para mí me tocó hablar con esta pendeja yanqui que estaba sola en la casa. Lo primero que me dijo la muy putita era que sus viejos no estaban en la casa así que estaba dispuesta a cualquier cosa, sobre todo con un argentino como yo que, según la trolita, tenemos buena fama a la hora de coger. La atorranta estaba tan regalada que al rato de haber comenzado a charlar peló ese par de gomas gigantes que tiene y empezó a colarse los deditos por la conchita apretada, sin parar de metérselos hasta lograr tener un flor de orgasmo que me dejó re manija.