Descripcion
Entré a la cocina a tomar el desayuno y me encontré con la putita de mi hermana moviendo el orto para que me la cogiera.
Mi hermanita está más buena que el dulce de leche. La muy atorranta vive con la concha caliente y es por eso que cada vez que puede, me provoca y me busca, calentándome la pija. Esta vez aprovechó que fui a la cocina a desayunar para encender la música y empezar a bailar. Hasta ahí todo bien, el tema es que la pendeja trola estaba sin bombacha y meneando ese orto goloso de un lado a otro como loca, mientras yo no podía sacarle los ojos de encima de lo duro que tiene el ojete. De sólo pensar en ese culito duro y estrecho, recibiendo a mi pija venosa, se me hace una carpa en el bulto y agua la boca. Me voy a terminar volteando a esta putita y le voy a dejar ese ojete todo roto después de que la agarre.