Desvirgo a mi noviecita bien duro para que la puta aprenda a sentir una buena poronga adentro de la conchita.

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Mi noviecita ya tiene edad como para inaugurar la conchita y por fin la convencí de que era hora de que me entregara la argolla de una vez. La muy turrita me hizo remarla en dulce de leche por un largo tiempo con el pretexto de que tenía miedo de que le doliera la primera vez. Cuando por fin decidió entregarme la cajeta lo primero que hice fue filmar el momento con mi teléfono celular. Tenía la concha tan apretada que me costó un poco que entrara mi poronga en ese agujerito pero cuando por fin pude meterle la pija, me encargué de darle sacudones bien fuerte a la perrita para que viera lo lindo que es tener la concha bien rota después de ser desvirgada como se debe.