Quería comprarle un cinturón de cuero a esta negra senegalesa de Once pero al final pintó cogida con la muy puta.

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Esta puta senegalesa tiene un puesto callejero sobre Av. Pueyrredón. La puta está más buena que comer pollo con la mano y además es más fácil que la tabla del uno. Cuando fui a comprar un cinto a su puesto, no me imaginé que además de llevarme un cinturón trucho me iba a terminar levantando a la negra culona de una. La mina no entiende nada de español pero parece que la calentura que tiene hizo que nos entendiéramos bien, sobre todo cuando terminamos en un telo de la zona dándole a la matraca como dos animales en celo. Tan bien me cogí a la negra que esa concha morocha bien húmeda le quedó toda llena con mi leche bien tibia.