Tengo una secretaria bien puta y adicta al sexo anal
Mi secretaria está para atender el teléfono de la oficina y
entregarme el orto cada vez que se lo pido. Esta vez la muy puta me
pidió inaugurar el sillón que coloqué en mi oficina con una linda
garchada sobre él. La idea me pareció más que acertada, sobre todo
porque mi jermu ya había hecho su llamado telefónico del día así
que no iba a volver a romperme las bolas. Me aseguré de cerrar con
llave la puerta para que nadie nos interrumpiera y, cuando la trola
se bajó la bombacha, la tiré sobre el sillón de una. La putita ya
se había abierto de gambas pero le pedí que esta vez fuera bien
apretada la cosa y que quería sentir bien su concha calentita en mi
poronga dura. Me dio el gusto y apretó bien la argolla para que me
costara meterle la pija y le terminara llenando bien de leche toda
esa cajeta hermosa que tiene.