Tanto se calentó esta zorra mientras me hacía un alto pete que no pudo evitar colarse los dedos por la concha mientras tanto.

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Esta trola atrevida es una puta a la que le tiré unos pesos para cogérmela. La atorranta para en la esquina de Córdoba y Pueyrredón, en pleno barrio de Balvanera, y la verdad es que era una pena pasarle por al lado sin aprovechar la oportunidad como para volteármela de lo buena que está. La llevé hasta mi departamento y lo primero que le pedí fue que me chupara la pija como si no hubiera un mañana y la muy perra obedeció al toque. Tanto se calentó la zorra mientras me hacía la tirada de goma de mi vida, que la muy puta no pudo evitar ella también pasarla bien y empezó a colarse los dedos por la concha, dejándome esa cajeta bien mojada y lista para que se la rompiera toda.