Pretendo innovar con la puta de mi jermu pero la conchuda prefiere mi pedazo de carne bien adentro de su argolla.

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Para nuestro aniversario sorprendí a la puta de mi jermu con un regalito innovador y me aparecí con un consolador marca Cañón que conseguí en un sex shop de Capital Federal. Cuando la putona lo vio enseguida se le chorreó la concha y me pidió que lo usáramos ahí nomás. No había terminado de ponerle las pilas que la atorranta ya estaba despatarrada sobre la cama lista para que le metiera el juguete por la argolla. Cuando empecé a jugar con la almeja, se calentó tanto la putona que me pidió por favor que me la cogiera de una buena vez. Nunca la había visto tan regalada así que al toque le di lo que tanto quería y le metí bien fuerte mi pija por esa cajeta divina que tiene mi jermu.