Descripcion
Mi novia me habilitó el orto y yo se lo abrí como una flor metiéndole la poronga hasta el fondo y sin lubricarlo.
La puta de mi novia por fin me entregó el ojete. El día tan esperado llegó y como yo no sabía si iba a haber próximo, decidí pasarla bien porque dudaba que hubiera una segunda oportunidad. La muy putita me pedía que fuera despacio pero cuando vi semejante agujero pidiendo pija, le metí hasta el fondo la poronga y no paré hasta dejárselo como una flor.