Mi hermana excitada me entregó la concha en la ducha

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Entré de golpe al baño sin saber que adentro estaba mi hermanita pegándose una ducha. Cuando entré y vi a esta pendeja en bolas y con ese par de tetas en miniatura enjabonadas, se me puso tan dura la pija que no me importó que nuestros viejos estuvieran en la casa y enseguida le puse traba a la puerta del baño. Me metí en la ducha con ella y ahí nomás me cogí a la conchuda de parada, después de ponerla en cuatro y con las gambas bien abiertas para que mi poronga le llegara hasta el fondo de esa mini cajeta apretada que tiene la muy atorranta. La zorrita la pasó tan bien que no paró de gemir. Por suerte el ruido del agua tapó esos ruidos y nuestros viejos no nos descubrieron.