Descripcion

Me terminé garchando a una de las amiguitas de mi hija, que por error entró a mi habitación y me encontró con la pija bien dura.

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Las amiguitas de mi hija se quedaron a dormir en casa y yo no paraba de escuchar cómo del otro lado de la puerta, las pendejas hacían escándalo a altas horas de la madrugada. De sólo pensar en todas esas zorritas juntas, en pijama y tirándose con almohadas en el living de mi casa, se me había puesto tan dura la pija que estaba listo para hacerme una buena paja en mi habitación. De repente una de las trolitas entró por erro porque estaba buscando el baño. No sé cómo pero le terminé dando charla a la pendeja puta que al toque me dio lo que tanto quería esa noche: una conchita rosada y suave para coger despacito. Me terminé volteando a la minita mientras las demás ni cuenta se dieron de lo entretenidas que estaban boludeando en el living.