Lo que más me calienta de esta guacha es que no para de gemir como una cerda.

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Esta flaca es la fija que tengo desde hace un tiempo. La voy a visitar cada vez que tengo ganas de descargarme la leche de encima y no tengo a alguna puta nueva con quien hacerlo. Estoy seguro de que esta atorranta tiene a más de uno en su haber y es por eso que se deja hacer lo que se me cantan las pelotas ni bien abre la puerta de entrada. Esta vez la filmé mientras me la cogía en cuatro y ella gemía como toda una chanchita con cada pijazo que le iba metiendo bien hasta el fondo de la cajeta toda mojada que tiene. Tanto le gustó la idea que hasta se acomodó frente al espejo para salir bien en primer plano.