Descripcion

Descubro a la conchuda de mi hermana haciéndose una paja, así que decido darle el gusto y romperle bien el orto a la pendeja atorranta.

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Era de madrugada y me despertó el ruido de la televisión en el living de mi casa. Cuando fui a ver qué pasaba, me encontré con mi hermanita en bolas sobre la alfombra del piso, colándose los dedos por la conchita toda mojada. La pendeja ni se dio cuenta de que yo estaba ahí mirando cómo se metía los deditos por la argolla pelada. Me calenté tanto viendo cómo se le iba chorreando la concha de lo jugosa que estaba que decidí que era hora de que la pendeja tuviera su primera vez. Me acerqué desde atrás y la sorprendí metiéndole la pija por la cajeta. Al principio la turrita se sorprendió pero al toque se relajó y me dejó hacerle lo que se me cantó el orto. Estaba tan regalada que hasta le pude hacer, de yapa, un buen full anal que le dejó bien abierto el culo y bien lleno de crema.